Fiestas
SAN ADRIÁN
1999
 

PREGÓN DE LAS FIESTAS


        Para mí, es siempre motivo de satisfacción y orgullo poder colaborar en la realización de nuestras Fiestas, en esta ocasión como pregonero.

        Las Fiestas Patronales en honor de San Adrián son el acontecimiento social más importante de nuestro pueblo. Las de este año son especiales. Serán las últimas de una década, de un siglo y de un milenio. Pocas generaciones a lo largo del tiempo han tenido la oportunidad de experimentar un acontecimiento tan trascendente.

        Desde aquí deseo a todos los asistentes, que las viváis y disfrutéis con intensidad, y que las recordemos siempre como verdaderamente extraordinarias.

        Con este pregón pretendo rendir homenaje a todas aquellas personas que desde hace casi cuarenta años han creado una “tradición” de peñas y sobre todo de carrozas, que hacen de nuestras fiestas, algo diferente y personal. Una manera de entenderlas y vivirlas de forma sana y participativa.

        Hubo un tiempo en que los chicos y las chicas de Regumiel hacíamos carrozas y peñas, no porque fueran bonitas o porque pudiéramos ganar el primer premio o porque fueran imprescindibles para la fiesta, -de haber sido así, habrían desaparecido hace tiempo-, sino porque nos hacían sentir vivos; demostrarnos a nosotros mismos que éramos libres, que podíamos superamos cada año y que podíamos contribuir con nuestras hazañas a hacer feliz a la gente. Durante unas horas, nos sentíamos actores, verdaderos protagonistas de aquellos personajes de ficción que nos hacían vibrar con sus aventuras.

        Cuánto entusiasmo, imaginación y talento poníamos en realizar un trabajo que fuera digno de admiración. No escatimábamos tiempo, porque huíamos de la mediocridad. No teníamos sensación de fracaso, porque luchábamos con intrepidez por ser los mejores, aunque sólo algunas veces lo conseguíamos. Es cierto que había una gran competencia entre nosotros (las diferentes peñas), pero siempre con lealtad y camaradería, porque sabíamos que el orgullo de nuestra gloria residía en la grandeza de nuestros rivales.

        Nada de estas admirables carrozas y peñas hubiera sido posible sin el buen ejemplo de aquellas entrañables y míticas peñas, como: El Gato Negro, La Última Bala, El Porvenir o Los que Faltaban, que abrieron el camino por el que transitamos después todas las demás generaciones.

        Pero seria injusto si no mencionase el importante papel que en la creación de esta tradición festiva ha tenido la esmerada atención a los niños de Regumiel, a través de las numerosas y variadas actividades infantiles que han sido organizadas a lo largo de estos años. Juegos y concursos que han contribuido de manera decisiva a desarrollar en todos nosotros hábitos de respeto, de solidaridad, y de participación.

        A todas aquellas personas. Gracias. Os quiero agradecer el habernos dado en nuestra infancia y juventud unas Fiestas Patronales tan alegres y divertidas; y el habernos enseñado que la unión, el respeto y la hospitalidad son valores que no debemos olvidar.

        Por otro lado, me complace comprobar hoy, cómo aquel espíritu sigue vivo en las nuevas generaciones de peñas, y cómo la juventud de ahora iguala y supera nuestros logros.  Enhorabuena, chavales y chavalas, por seguir manteniendo la tradición que hace que las Fiestas de Regumiel tengan algo especial.

Felices Fiestas
¡¡Viva San Adrián!!
¡¡Viva Regumiel!!

Jesús Mª  Peñalva Gil


REINA


Vanessa Escribano Pascual
 

DAMAS
 


María Cantero de Pedro


Gemma Moya